El Futuro del Trabajo, ¿Estás Preparado para el 2030?

El mundo laboral se enfrenta una de las evoluciones más disruptivas de la historia de la Humanidad. Existen algunas megatendencias como la automatización, el progreso tecnológico, la globalización, la transformación digital, la sostenibilidad y el cambio climático, así como los cambios demográficos, que están afectando al marco laboral de forma muy importante y que nos seguirán afectando en los próximos 10 años.  Otros factores, que contribuyen a la aparición de nuevas formas de empleo, afectan a los procesos, las estructuras organizativas de los negocios y a las nuevas preferencias de clientes y empleados. Y, por si fuera poco, una crisis sanitaria sin precedentes que está haciendo tambalear algunos de los pilares que creíamos inamovibles.

Hay mucha confusión e incertidumbre con respecto a las pérdidas de millones de empleo o la creación de otras nuevas, más eficientes y relocalizadas. Se sabe que La Revolución Industrial dejó a millones de desempleados y sus puestos de trabajo se quedaron obsoletos debido a la irrupción de las máquinas. Lo mismo sucedió al principio de la automatización de la Revolución Electrónica. Como siempre hay múltiples visiones sobre el futuro. Algunos economistas y analistas coinciden en la destrucción masiva puestos de trabajo considerados poco productivos. Otros consideran que se crearán millones de nuevos puestos de empleo en áreas como la gestión de los residuos, la gestión de la sostenibilidad del crecimiento humano o el propio control del cambio climático. Y por supuesto, están los que apuestan por que las nuevas tecnologías van a crear muchísimos más puestos de trabajo que los que se pierdan durante el cambio de modelo. También hay quien no está seguro de nada. Tal vez por eso los políticos tardan en mover ficha en los países considerados más avanzados. Es la inconsistencia del rico que considera que seguirá siendo rico hasta que muera. Aquel Jueves Negro del 1929, muchos que pensaban esto comprobaron cómo la gravedad funciona lanzándose desde sus oficinas cuando quebró la bolsa. Hoy en día las cosas son muy distintas. Los usuarios del foro Reddit, viendo que los tiburones de Wall Street apostaban a la baja sobre las acciones de la cadena de videojuegos Game Stop, crearon una iniciativa llamada #WallStreetBets para comprar acciones de la compañía, que al subir un 1.600% ha provocado pérdidas a los fondos de inversión como Melvin Capital Management, de Gabriel Plotkin, que ha tenido que ser rescatado con más de 2.000 millones de euros para no quebrar. El poder de la masa digitalizada

Lo que sí está claro, es que en el mundo actual la IA, la digitalización y la innovación nos permiten crear productos y servicios más económicos, formas de trabajar mucho más sencillas y, en general, hacen que nuestro nivel de vida sea mucho mejor. Sin embargo, toda esta evolución de alto impacto y velocidad vaticina una etapa de enormes desafíos, sobretodo en todo lo relacionado directamente con los puestos de trabajo.

La digitalización y la covid-19

 

 

A medida que la economía se empieza a volver a desplegar después del cierre por la crisis de la covid-19, hay muchos empleos que están en riesgo a corto plazo debido a la posibilidad de convertir ERTEs en despidos definitivos por la imposibilidad de reflotar los negocios cerrados durante tanto tiempo. El impacto se distribuirá de manera desigual, con diferencias significativas entre sectores y ocupaciones y, como consecuencia, entre grupos demográficos y mercados laborales.

Tres grupos ocupacionales representan aproximadamente la mitad de todos los puestos de trabajo en riesgo: servicio al cliente y ventas, servicios de ocio y restauración, y ocupaciones en la construcción. Los puestos de trabajo con un riesgo más elevado de pérdida por la pandemia se superponen, hasta cierto punto, con aquellos que son más vulnerables por el impacto de la digitalización. Se puede decir que un 50% de la cantidad de puestos de trabajo afectados por la digitalización están simultáneamente en riesgo de desaparición por el impacto de la covid -19.

Es evidente que, el impacto de la covid -19 en el empleo va a acelerar la transición de la fuerza laboral hacia nuevos puestos de trabajos con diferentes habilidades para muchos. La crisis también podría acelerar las desigualdades existentes dentro de los países europeos, entre sus trabajadores y regiones, especialmente entre los jóvenes. En España, según la última encuesta de la EPA, el paro juvenil se dispara por encima del 40%, el más alto de toda la Unión Europea. Da un poco de miedo pensar en el futuro que nos espera si no ponemos esto en nuestro foco de actuación

En España, según la última
encuesta de la EPA, el paro juvenil
se dispara por encima del 40%,
el más alto de toda la Unión Europea.
Da un poco de miedo pensar en el futuro
que nos espera si no ponemos
esto en nuestro foco de actuación

Estoy seguro de que el empleo crecerá con fuerza en los años siguientes a la crisis sanitaria del 2020, lo que supondrá una recuperación de puestos de trabajo destruidos. Si bien la adopción de la digitalización crecerá durante la próxima década, la reducción de la fuerza laboral nos dice que para 2030, encontrar talento con las habilidades necesarias para ocupar los nuevos puestos de trabajo que existirán será un gran desafío.

Para hablar sobre el futuro del trabajo debemos tener en cuenta los impulsores del cambio, especialmente el cambio tecnológico: inteligencia artificial, robots y big data, etc. También otros impulsores del cambio como la innovación en materiales, las estrategias de propulsión limpia y energía sostenible, el cambio climático, la globalización y las presiones demográficas en las fronteras. Las implicaciones para el empleo son extraordinarias y abarcan todo el rango, desde las predicciones catastrofistas de futuros distópicos hasta las optimistas predicciones de una vida mejor para todos.

Desde hace años, existe una larga lista de preocupaciones sobre la disrupción tecnológica, que se han demostrado infundadas en un sentido amplio, pero reconociendo que los efectos inesperados de los impulsores anteriores conducirán a patrones desiguales de cambio. Las máquinas ya están asumiendo muchos trabajos repetitivos y cada vez más invaden trabajos profesionales como las finanzas o el trabajo administrativo de oficina. Es evidente que habrá un cambio en el énfasis hacia trabajos más cualificados y profesionales, pero aún no existe consenso sobre si estos cambios traerán una pérdida o creación neta de empleos.

Las tendencias apuntan a que los trabajos manuales no rutinarios y las habilidades cognitivas seguirán registrando buenas tasas de empleo. Las capacidades que serán cada vez más valoradas en el nuevo lugar de trabajo incluyen habilidades empresariales, tales como adaptabilidad, autonomía y autogestión, en una situación en la que los trabajadores pueden convertirse en microempresas que ofrecen sus capacidades a múltiples empleadores. Además, cada vez más, las personas en todos los trabajos necesitarán habilidades digitales, y muchos defienden las habilidades STEM como la base de gran parte de la economía digital cambiante. Las habilidades interpersonales se volverán más importantes en la medida que las máquinas se hagan cargo de muchos trabajos de rutina y, por tanto, surgirá la necesidad de mejorar la interfaz hombre-máquina. Sin duda se abre un debate en torno a si esto puede trabajos más gratificantes, creando más espacio para los valores personales y comunitarios, la creatividad y la imaginación. Es evidente que se abre una gran oportunidad para disfrutar trabajando con máquinas en lugar de competir contra ellas.

 

Estoy seguro de que el empleo crecerá con fuerza en los años siguientes a la crisis sanitaria del 2020, lo que supondrá una recuperación de puestos de trabajo destruidos. Si bien la adopción de la digitalización crecerá durante la próxima década, la reducción de la fuerza laboral nos dice que para 2030, encontrar talento con las habilidades necesarias para ocupar los nuevos puestos de trabajo que existirán será un gran desafío.

Para hablar sobre el futuro del trabajo debemos tener en cuenta los impulsores del cambio, especialmente el cambio tecnológico: inteligencia artificial, robots y big data, etc. También otros impulsores del cambio como la innovación en materiales, las estrategias de propulsión limpia y energía sostenible, el cambio climático, la globalización y las presiones demográficas en las fronteras. Las implicaciones para el empleo son extraordinarias y abarcan todo el rango, desde las predicciones catastrofistas de futuros distópicos hasta las optimistas predicciones de una vida mejor para todos.

Desde hace años, existe una larga lista de preocupaciones sobre la disrupción tecnológica, que se han demostrado infundadas en un sentido amplio, pero reconociendo que los efectos inesperados de los impulsores anteriores conducirán a patrones desiguales de cambio. Las máquinas ya están asumiendo muchos trabajos repetitivos y cada vez más invaden trabajos profesionales como las finanzas o el trabajo administrativo de oficina. Es evidente que habrá un cambio en el énfasis hacia trabajos más cualificados y profesionales, pero aún no existe consenso sobre si estos cambios traerán una pérdida o creación neta de empleos.

Las tendencias apuntan a que los trabajos manuales no rutinarios y las habilidades cognitivas seguirán registrando buenas tasas de empleo. Las capacidades que serán cada vez más valoradas en el nuevo lugar de trabajo incluyen habilidades empresariales, tales como adaptabilidad, autonomía y autogestión, en una situación en la que los trabajadores pueden convertirse en microempresas que ofrecen sus capacidades a múltiples empleadores. Además, cada vez más, las personas en todos los trabajos necesitarán habilidades digitales, y muchos defienden las habilidades STEM como la base de gran parte de la economía digital cambiante. Las habilidades interpersonales se volverán más importantes en la medida que las máquinas se hagan cargo de muchos trabajos de rutina y, por tanto, surgirá la necesidad de mejorar la interfaz hombre-máquina. Sin duda se abre un debate en torno a si esto puede trabajos más gratificantes, creando más espacio para los valores personales y comunitarios, la creatividad y la imaginación. Es evidente que se abre una gran oportunidad para disfrutar trabajando con máquinas en lugar de competir contra ellas.

Revolución en el Mundo Laboral

 

 

Durante la próxima década, casi todos los trabajos se verán afectados. Muchas tipologías de trabajo desaparecerán por completo. Surgirán nuevos puestos de trabajo, ni siquiera pensados ​​en la actualidad. En realidad, esto ya está sucediendo, con campos como el comercio minorista, el entretenimiento, la atención médica, la fabricación y la educación, que se ven profundamente afectados a medida que avanza la digitalización. Algunos de los factores que impulsan esta revolución son la robótica, la Inteligencia Artificial, el Internet de las Cosas, (IoT), el cambio climático, la globalización y una población que aumenta y envejece.

Se abre una gran oportunidad
para disfrutar trabajando
con máquinas en lugar
de competir contra ellas.

La potencia de los países no se medirá solo por sus capacidades militares o financieras, sino por el dominio de las nuevas tecnologías, en concreto las relacionadas con la inteligencia Artificial. El Fondo Monetario Internacional avisa de que los principales factores que impulsan las tendencias del mercado laboral son la digitalización y la producción de bienes más eficientes, Así como la capacidad e integrarse en los mercados globales. La sostenibilidad ambiental, la creciente desigualdad y la incertidumbre política son factores importantes para agregar a esta lista. Dado que el crecimiento de la potencia de proceso digital, la conectividad entre dispositivos, la inteligencia artificial y la movilidad eléctrica están creciendo de forma exponencial, es probable que sus impactos sean repentinos y nos pillen por sorpresa.

Las tres fuerzas clave que darán forma al futuro del trabajo son:
la digitalización (máquinas cada vez más inteligentes
que realizan tareas cada vez más humanas);
la globalización (nuestra fuerza laboral se vuelve
global); y colaboración (muchos trabajos, con muchos empleadores,
casi siempre al mismo tiempo)

 

Si bien es imposible predecir el futuro únicamente a partir de lo que sucedió en el pasado, es fundamental recordar que la gente ha estado muy preocupada por el impacto devastador de la tecnología durante cientos de años. Sin embargo, la mayoría de sus peores predicciones, nunca llegaron a ocurrir. La famosa predicción de Robert Malthus (1798) sobre la miseria social relacionada con la inevitabilidad del aumento de la población no se ha cumplido. La destrucción de las máquinas por parte de los luditas en la primera revolución industrial, a las que culparon de destruir sus empleos y oficios, resultó estar completamente infundada (Frey & Osborne, 2013). En 1930, Keynes, uno de los principales economistas de su época, advirtió que el mundo necesitaba prepararse para el «desempleo tecnológico», donde un gran número de personas serían reemplazadas por máquinas y nunca volverían a trabajar. Sin embargo, aunque los cambios tecnológicos introducidos en los últimos 200 años han traído cambios económicos a gran escala, la consecuencia es que se han creado más puestos de trabajo que nunca, muchos más que los destruidos.

Yo siempre aconsejo a los jóvenes
a mantener una actitud amistosa con la tecnología,
una visión de colaboración y disfrute,
en lugar de una actitud de confrontación y competición.
Parte de la gran mayoría de los nuevos puestos de trabajo
se relacionarán en cómo las personas
debemos colaborar con las máquinas en una actitud simbiótica
que consiga hacer lo que ninguno
por separado es capaz de conseguir.


En cualquier caso, y de forma abrumadora, todos los expertos están de acuerdo en que los cambios que se produzcan en el mercado laboral serán significativos, sustanciales y probablemente requerirán queuna gran parte de la población activa se deban reacondicionar profesionalmente mediante la adquisición de nuevas competencias y un aprendizaje permanente. Esto requerirá que las empresas, los gobiernos y las instalaciones educativas encuentren nuevas formas de llegar a un número cada vez mayor de personas que necesitan acceso a las habilidades esenciales para la nueva economía. En un mundo que cambia tan rápidamente, incluso aquellos que terminan sus estudios de grado hoy pueden no tener las habilidades que demandan los puestos de trabajo que los están esperando. Hay demasiadas personas cualificadas para trabajos actuales que ya están desapareciendo. Por otro lado, existe escasez de nuevas habilidades donde las empresas luchan por encontrar personas con las competencias adecuadas para cubrir sus vacantes.

 

Por otro lado, a aquellos trabajadores con habilidades difíciles de obtener se les ofrece un empleo a tiempo completo con buenos salarios, mientras que aquellos con habilidades fáciles de reemplazar a menudo no están completamente integrados en su lugar de trabajo, trabajan como empleados a tiempo parcial o de forma eventual y se les paga significativamente menos. Es necesario revisitar las competencias core de las empresas y ver como se está realizando el reclutamiento del talento incorporado. Yo siempre aconsejo a los jóvenes a mantener una actitud amistosa con la tecnología, una visión de colaboración y disfrute, en lugar de una actitud de confrontación y competición. Parte de la gran mayoría de los nuevos puestos de trabajo se relacionarán en cómo las personas debemos colaborar con las máquinas en una actitud simbiótica que consiga hacer lo que ninguno por separado es capaz de conseguir.

 

Hay que pensar que la tecnología y la Inteligencia Artificial, están consiguiendo ampliar la cantidad de tareas automatizar en las empresas. La automatización ocurrirá en cualquier tarea que pueda ser sustituida por un algoritmo y realizada por un robot o sistema informático. Los trabajos a los que se enfrenta esta nueva ola de automatización inteligente se asocian con aquellos que se encuentran los estratos medios del mercado laboral. Trabajos como contables o asistentes legales, que hasta hace poco parecían seguros y relativamente bien pagados, se enfrentan a una competencia feroz contra la Inteligencia Artificial. Sin embargo, por ahora, los robots tienen más dificultad para reemplazar el trabajo que involucra habilidades motoras finas, tales como hacer camas o hacer la limpieza en una habitación y ubicar los objetos del cliente en un espacio no estructurado. Las kellys por ahora se salvan. Que los ordenadores y los robots se vuelvan más eficaces y eficientes haciendo tareas aburridas y repetitivas puede llevar a la paradoja que los trabajaos que queden sean más interesantes y humanos.

 

Como ya hemos explicado, la creciente automatización de tareas asumirá una gran parte de las actividades laborales de los trabajadores. Solo en Europa, durante la próxima década, los robots se harán cargo de 50 millones de empleos. Esto requiere, más que nunca, que el empleado del futuro desarrolle estas nuevas habilidades para adaptarse a las necesidades de los puestos de trabajo del mañana. Estos nuevos empleados se conocen como los WISE Workers. Mejorar la capacitación de la fuerza laboral será una de las principales tareas de los líderes empresariales en los próximos años. Esta tendencia se ha acelerado aún más por la crisis de la covid-19.