Un buen amigo que había leído mi libro WISE Workers llegó a la conclusión de que la autoformación podía ser tan potente en el mundo globo-digitalizado que pondría en juego el papel de las universidades. No pude por menos que sonreírme y explicarle que el papel básico de las universidades es el de la investigación y para poder pagar a los investigadores, a menudo se les obliga a dar clases.

Hacía poco que estuve leyendo las conclusiones de un estudio de largo seguimiento que había acometido la Universidad de Harvard. Me estoy refiriendo al Study of Adult Development, que empezó en 1938 y que durante más de 80 años ha estado siguiendo a dos grupos de hombres con el fin de identificar los predictores psicológicos que permiten envejecer de forma sana y longeva.

Los dos grupos de participantes se dividen en dos estudios en paralelo: El Grant Study, que está compuesto por 268 graduados de la Universidad de Harvard de las clases de 1939-1944 y el Glueck Study compuesto de 456 hombres que crecieron en los pobres suburbios de Boston. El estudio tenía interés en descubrir qué variables psicológicas y qué procesos biológicos en la juventud podían predecir una vejez (sobre los 80 ó 90 años) con bienestar y salud. También se estudiaban qué tipo de experiencias en la niñez y en la vida adulta son capaces de predecir la calidad de las relaciones en la vejez.

La conclusión más poderosa de este estudio es que mientras más felices somos en nuestras relaciones más sanos vamos a llegar a nuestra vejez. Sabíamos que el estado psicológico afectaba a nuestra capacidad de combatir las enfermedades, pero que la capacidad de tener y mantener unas buenas relaciones con las demás personas de nuestro entorno fuera determinante es una noticia increíble.

En la muestra de los hombres escrutados, había personas que teniéndolo todo nunca llegaron a nada y personas que de la nada llegaron a lo más alto. Y el análisis de sus relaciones también llevaba a esa misma conclusión. Las personas que manejaban bien sus relaciones tenían más posibilidades de triunfar.

Las principales conclusiones del estudio las podríamos resumir en estos siete puntos:

  1. Las personas que tienen mejor conexión con el entorno, que son más sociales y están mejor conectados con su familia, amigos y comunidad son más felices y viven más años que los que las personas que viven en soledad.
  2. Las relaciones estables en pareja son fundamentales para la salud a largo plazo. Se ha demostrado que las personas que formaban parejas felices en la madurez estaban más sanas a los 80. Las relaciones tóxicas eran peores para la salud que las separaciones o los divorcios.
  3. Aquellas personas que tenían muchas amistades en lugar de buenas amistades llegaban en peor estado a la vejez, lo que indica que la calidad en las relaciones es más importante que la cantidad.
  4. Aquellas personas que se sentían seguras y felices con sus parejas tenían mejor capacidad cognitiva en la vejez y sufrían muchas menos depresiones.
  5. Los participantes con mayor inteligencia emocional y relaciones más sanas tienen, por lo general, mayores ingresos, muy por encima de las personas muy inteligentes, pero con relaciones pobres y poca empatía.
  6. Las personas que cuidaban y mantenían frecuentemente relaciones con sus progenitores eran más ricos, felices y sanos.
  7. El principal desencadenante de pérdida de salud, falta de salud, rotura de relaciones y de miseria fue el alcoholismo (en general el consumo de sustancias que produzcan drogodependencia)
  8. El nivel de satisfacción en nuestras relaciones tiene un impacto mayor en la longevidad que la propia genética.

 

En definitiva, este estudio demuestra lo que ya intuimos los que nos dedicamos a esto: Las relaciones son la principal fuente de riqueza y salud. La parte más increíble de este estudio incide en la capacidad de cambio que puede mostrar el ser humano, tiene una capacidad de cambio increíble y que las personas pueden cambiar realmente para ser mejores, más felices y estar más sanas.

Mi consejo es que no dejes de aprender nunca de estos temas donde la gestión de las emociones juega un papel fundamental en nuestras vidas. También te aconsejo que mejores tus relaciones, cambia cantidad por calidad, mantén una pareja estable, no olvides a tus padres (si aún los tienes que ellos lo noten porque les ayudará a vivir más y mejor también.

Para cuidar tus relaciones, debes saber que tipo de relaciones tienes. Yo te propongo que las dividas en tres grupos:

  • Los conocidos: Aquellas personas con las que tenemos que relacionarnos por necesidad o voluntad pero que no entran dentro de nuestras emociones más profundas. Son personas que conocemos en el trabajo, en el entorno de los amigos de nuestros amigos, en el vecindario, etc. La mayoría de las veces no los elegimos.
  • Los amigos: Aquellos que forman parte de nuestro núcleo duro de relaciones y por los que somos capaces de hacer grandes esfuerzos. Son personas elegidas por nosotros y por los que hacemos esfuerzos de mantenimiento de la relación. Si quieres hacer un chequeo haz una lista de a quién de los que consideras amigos les dejarías dinero sin pensarlo, o de quienes te lo dejarían a ti. A no ser que seas un gran filántropo con pasta te saldrán muy pocos.
  • La familia: Ni los elegimos ni nos eligen, pero son los que mayor protección pueden ofrecer de forma grupal o colectiva al individuo. La prioridad es mantener unas relaciones sanas con padres, hermanos e hijos.

 

Por último, quiero recordaros que el coeficiente intelectual con el que la naturaleza nos ha dotado se va deteriorando con la edad. Sin embargo, si la entrenáis un poco, si aprendéis de cómo funciona, la inteligencia emocional va aumentando a medida que vamos envejeciendo.

La conclusión más poderosa de este estudio
es que mientras más felices somos en nuestras relaciones
más sanos vamos a llegar a nuestra vejez